4 verdades del budismo

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Las cuatro nobles verdades en pāli

Barbara O’Brien es una practicante del budismo zen que estudió en el Monasterio de la Montaña Zen. Es autora de “Rethinking Religion” y ha cubierto la religión para The Guardian, Tricycle.org y otros medios.
El primer sermón de Buda tras su iluminación se centró en las Cuatro Nobles Verdades, que son el fundamento del budismo. Una forma de entender el concepto es ver las verdades como hipótesis, y el budismo como el proceso de verificación de esas hipótesis, o la realización de la verdad de las verdades.
Una interpretación común y descuidada de las Verdades nos dice que la vida es sufrimiento; el sufrimiento es causado por la codicia; el sufrimiento termina cuando dejamos de ser codiciosos; la manera de hacerlo es seguir algo llamado el Óctuple Sendero.
A menudo, la gente se queda con la frase “la vida es sufrimiento” y decide que el budismo no es para ellos.  Sin embargo, si te tomas el tiempo de apreciar lo que realmente son las Cuatro Verdades Nobles, todo lo demás sobre el budismo será mucho más claro. Veámoslas una por una.
Gran parte de la confusión se debe a la traducción al inglés de la palabra pali/sánscrita dukkha como “sufrimiento”. Según el Ven. Ajahn Sumedho, un monje Theravadin y erudito, la palabra en realidad significa “incapaz de satisfacer” o “no capaz de soportar o aguantar nada”. Otros estudiosos sustituyen “sufrimiento” por “estresante”.

Verdades nobles del budismo

A menudo se compara a Buda con un médico. En las dos primeras Verdades Nobles diagnosticó el problema (el sufrimiento) e identificó su causa. La tercera Verdad Noble es la constatación de que existe una cura.
Los seres humanos están sujetos a deseos y ansias, pero incluso cuando somos capaces de satisfacer estos deseos, la satisfacción es sólo temporal. El placer no dura; o si lo hace, se vuelve monótono.
Algunas personas que se encuentran con esta enseñanza pueden encontrarla pesimista. Los budistas no la encuentran ni optimista ni pesimista, sino realista. Afortunadamente, las enseñanzas de Buda no terminan con el sufrimiento, sino que continúan diciéndonos qué podemos hacer al respecto y cómo acabar con él.
Nuestros problemas cotidianos pueden parecer tener causas fácilmente identificables: la sed, el dolor de una herida, la tristeza por la pérdida de un ser querido. Sin embargo, en la segunda de sus Nobles Verdades, Buda afirmó haber encontrado la causa de todo el sufrimiento, y está mucho más arraigada que nuestras preocupaciones inmediatas.
El ojo arde, las formas arden, la conciencia de los ojos arde, el contacto con los ojos arde, y todo lo que se siente como agradable o doloroso, o ni doloroso ni agradable, que surge con el contacto con los ojos como condición indispensable, también arde. ¿Arder con qué? Ardiendo con el fuego de la lujuria, con el fuego del odio, con el fuego de la ilusión. Digo que arde con el nacimiento, el envejecimiento y la muerte, con las penas, con las lamentaciones, con los dolores, con las penas, con las desesperaciones.

Las cuatro nobles verdades simplificadas

A menudo se compara a Buda con un médico. En las dos primeras Nobles Verdades diagnosticó el problema (el sufrimiento) e identificó su causa. La tercera Verdad Noble es la constatación de que existe una cura.
Los seres humanos están sujetos a deseos y ansias, pero incluso cuando somos capaces de satisfacer estos deseos, la satisfacción es sólo temporal. El placer no dura; o si lo hace, se vuelve monótono.
Algunas personas que se encuentran con esta enseñanza pueden encontrarla pesimista. Los budistas no la encuentran ni optimista ni pesimista, sino realista. Afortunadamente, las enseñanzas de Buda no terminan con el sufrimiento, sino que continúan diciéndonos qué podemos hacer al respecto y cómo acabar con él.
Nuestros problemas cotidianos pueden parecer tener causas fácilmente identificables: la sed, el dolor de una herida, la tristeza por la pérdida de un ser querido. Sin embargo, en la segunda de sus Nobles Verdades, Buda afirmó haber encontrado la causa de todo el sufrimiento, y está mucho más arraigada que nuestras preocupaciones inmediatas.
El ojo arde, las formas arden, la conciencia de los ojos arde, el contacto con los ojos arde, y todo lo que se siente como agradable o doloroso, o ni doloroso ni agradable, que surge con el contacto con los ojos como condición indispensable, también arde. ¿Arder con qué? Ardiendo con el fuego de la lujuria, con el fuego del odio, con el fuego de la ilusión. Digo que arde con el nacimiento, el envejecimiento y la muerte, con las penas, con las lamentaciones, con los dolores, con las penas, con las desesperaciones.

¿qué significa la palabra derecho en el budismo?

Las cuatro verdades aparecen en muchas formas gramaticales en los antiguos textos budistas,[15] y tienen una función tanto simbólica como propositiva.[16] Simbólicamente, representan el despertar y la liberación del Buda, y del potencial de sus seguidores para alcanzar la misma experiencia espiritual que él. [Como proposiciones, las Cuatro Verdades son un marco conceptual que aparece en el canon pali y en las primeras escrituras budistas sánscritas híbridas[18]. Forman parte de la “red de enseñanzas” más amplia[19] (la “matriz del dhamma”),[20] que han de tomarse en conjunto[19]. Proporcionan un marco conceptual para introducir y explicar el pensamiento budista, que ha de ser comprendido o “experimentado” personalmente[21][nota 2].
Como proposición, las cuatro verdades desafían una definición exacta, pero se refieren y expresan la orientación básica del budismo:[22] el contacto sensorial no vigilado da lugar al ansia y al aferramiento a estados y cosas impermanentes,[23] que son dukkha,[24] “incapaces de satisfacer”[web 4] y dolorosos. [23][25][26] Este anhelo nos mantiene atrapados en el samsara,[nota 3] “vagabundeo”, que suele interpretarse como el ciclo interminable del renacimiento repetido,[nota 4] y el dukkha continuo que conlleva. [nota 5] Hay una manera de poner fin a este ciclo,[28][nota 6] a saber, alcanzando el nirvana, la cesación del ansia, a partir de la cual el renacimiento y el dukkha que lo acompaña ya no volverán a surgir[nota 7][29] Esto puede lograrse siguiendo el óctuple sendero,[nota 1] limitando nuestras respuestas automáticas al contacto sensorial mediante la contención, cultivando la disciplina y los estados saludables, y practicando la atención plena y la dhyana (meditación)[30][31].